Túneles ferroviarios

Un túnel ferroviario es, básicamente, una obra de ingeniería civil proyectada para permitir el paso de una línea férrea a través del terreno con objeto de: a) franquear obstáculos montañosos (túneles de línea); b) acceder a terminales subterráneas en poblaciones (túneles urbanos); c) proteger la vía en zonas montañosas (túneles artificiales).
Por unidad de longitud es, tal vez, la más costosa de todas las obras de ingeniería ferroviaria; ello se debe, en gran parte, a las importantes incertidumbres que aún hoy plantea la perforación de un túnel, derivadas de la imposibilidad de conocer previamente a la ejecución de los trabajos –y a pesar del espectacular desarrollo de las técnicas de prospección- todas las condiciones del terreno en que aquéllos se van a desarrollar.
La clasificación tradicional de los túneles de línea se ha establecido tomando como referencia la situación relativa del túnel respecto a la base de la montaña que atraviesa. Así se distinguen:
Túneles de base: su trazado se encuentra a alturas del orden de 500 a 700 m. sobre el nivel del mar (s. n. m.) y son, generalmente, los de mayor longitud.
Túneles de altitud media: son los más frecuentes en el ferrocarril. Su trazado discurre normalmente a alturas entre 1.000 y 1.200 m. (s. n. m.).
Túneles de costa: su trazado se encuentra normalmente por encima de los 1.300 m. de altura.

Diagramas para la construcción de túneles. 
“Nace un ferrocarril”, Secretaría de Comunicaciones y transportes
Secretaría de Cultura/ CNPCF/ CEDIF

Los túneles ferroviarios presentan una serie de características peculiares relativas a su construcción, instalaciones y condiciones de explotación y mantenimiento que deben ser cuidadosamente consideradas en su proyecto en tanto que pueden representar una importante incidencia económica en los costos de infraestructura y explotación del tramo afectado.Durante la etapa de construcción es muy importante minimizar el impacto de la obra sobre su entorno, teniendo en cuenta sobretodo el gran volumen de residuos a evacuar durante los trabajos de perforación.En el caso del ferrocarril adquieren una relevante importancia los fenómenos aerodinámicos ligados a la circulación en el interior de túneles; basta indicar que la potencia de tracción necesaria para mantener unas determinadas condiciones de circulación dentro de un túnel puede Ilegar a triplicarse -en función de la longitud del túnel y velocidad de circulación -respecto a la correspondiente a aire libre. Sobre este aspecto tiene una influencia nada despreciable -especialmente en túneles largos- la propia rugosidad del revestimiento interior de las paredes, e incluso la forma de las entradas del túnel, que, en ocasiones, se diseñan abocinadas.A lo anterior deben añadirse los importantes efectos que sobre la estabilidad de los vehículos aparecen como consecuencia de las sobrepresiones laterales producidas por el cruce de trenes en el interior de los túneles, así como los que sobre el confort de los viajeros surgen debido a las bruscas variaciones de presión que se experimentan a la entrada y salida de aquéllos.Todos estos aspectos adquieren una importancia capital, tanto que, al fin, vienen a incidir sobre la selección de la sección transversal del túnel, uno de sus parámetros básicos y de mayor influencia sobre los costos de construcción. Como valor del -área de dicha sección, puede indicarse a título orientativo 20 a 30 m2. en túneles de vía única y 40 a 50 m2 en vía doble, si bien en este último caso, y para líneas de alta velocidad, pueden alcanzarse a los 70 m2 de sección útil.Dado que la reparación de un túnel requiere tiempo y, con frecuencia, la total interrupción del tráfico ferroviario, debe prestarse especial atención a su adecuado mantenimiento. A él contribuyen: dispositivos de medida y auscultación permanente que permitan conocer la evolución de la geometría y estado tensional del túnel; adecuada provisión de drenajes para la evacuación de las aguas, causa no sólo de la degradación de la plataforma, sino de importantes efectos corrosivos sobre elementos de la vía e instalaciones; paseos y nichos de protección del personal de conservación; implantación de planes de mantenimiento preventivo en horas valle, etc. A efectos no sólo del desplazamiento del personal de servicio, sino también para permitir la rápida evacuación de viajeros en caso preciso, algunas administraciones, se prevén, en túneles largos, la construcción de una galería auxiliar (túnel falso).

Fragmentos del texto de Suárez Muñoz José Ramón, “La era de los grandes túneles ferroviarios” en Vía Libre, Mayo de1985, p. 27-33. Consultado en:https://www.vialibre-ffe.com/pdf/10862_pdf_03.pdf

Por unidad de longitud es, tal vez, la más costosa de todas las obras de ingeniería ferroviaria; ello se debe, en gran parte, a las importantes incertidumbres que aún hoy plantea la perforación de un túnel, derivadas de la imposibilidad de conocer previamente a la ejecución de los trabajos –y a pesar del espectacular desarrollo de las técnicas de prospección- todas las condiciones del terreno en que aquéllos se van a desarrollar.
La clasificación tradicional de los túneles de línea se ha establecido tomando como referencia la situación relativa del túnel respecto a la base de la montaña que atraviesa. Así se distinguen:
Túneles de base: su trazado se encuentra a alturas del orden de 500 a 700 m. sobre el nivel del mar (s. n. m.) y son, generalmente, los de mayor longitud.
Túneles de altitud media: son los más frecuentes en el ferrocarril. Su trazado discurre normalmente a alturas entre 1.000 y 1.200 m. (s. n. m.).
Túneles de costa: su trazado se encuentra normalmente por encima de los 1.300 m. de altura.