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EL SABOR DEL VIAJE:

MEMORIA Y GASTRONOMÍA

FERROVIARIA

En el siglo XIX, con la llegada del ferrocarril a nuestro país se produjo con mayor rapidez el movimiento, el abasto e intercambio de productos y alimentos que se producían en las diversas regiones. De la misma manera, también se modificó la movilidad de los flujos migratorios de personas del campo a la ciudad, así como la forma de viajar.

La vida cotidiana alrededor de las estaciones recién construidas se vio alterada con la llegada de los vendedores de comida, quienes ofrecían sus alimentos en las poblaciones, pero ante la llegada del tren cambiaron su punto de venta a las propias estaciones, lugar de llegada y salidas de los viajeros. Quienes tenían mejores condiciones económicas, pudieron montar su restaurante dentro o fuera de la propia estación y servían a aquellos viajeros que requerían de una mesa y cubiertos para comer sus alimentos.

Con el tiempo, comer en la estación, en el andén y durante el viaje se convirtió en parte de la cultura intangible que se generó en torno al ferrocarril. Los gritos, pregones, olores y sabores, quedaron impregnados en la memoria de muchos viajeros. Sus recuerdos del viaje se han convertido en testimonios y relatos con un sabor a nostalgia.

Hoy día, el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos busca poner en valor y difundir parte de esta cultura intangible que se generó alrededor del ferrocarril y que se perdió con la suspensión del servicio de pasajeros a mediados de la década de los años noventa del siglo pasado. Además se busca provocar e incentivar en la memoria de las persona, los recuerdos sobre la comida que se consumía durante los viajes que realizaban en tren.

Las 34 imágenes que hemos seleccionado para esta exposición pertenecen a diferentes archivos fotográficos: hay fotografías de la Fototeca Nacional del INAH, de la Fototeca Lorenzo Becerril A. C.; algunas provienen de la colección de imágenes de “Fotofija” y por supuesto, no faltan las que tomamos de la Fototeca de nuestro Centro de Documentación e Investigaciones Ferroviarias (CEDIF).

Tehuacán, Puebla

“Aquí sí hay mitin, mitin de pueblo con sus ofrendas de comida, tamales, chile atole, café, pan, – otra vez las cemitas de ajonjolí-, bizcochos y una dos o tres marchantas con torrejas de taquitos con chile y queso coronado de cebollas y más viandas…”

Mariano Dueñas Flores

 

RESTAURANTES EN
LA ESTACIÓN

Desde el tren, los pasajeros podían elegir el menú y vía telegráfica se transmitía el             pedido al restaurante de la estación de Rodríguez Clara, Veracruz, 1930.

Desde el tren, los pasajeros podían elegir el menú y vía telegráfica se transmitía el pedido al restaurante de la estación de Rodríguez Clara, Veracruz, 1930.

FNM/ Comisión Avalúos e Itinerarios/ Secretaría de Cultura/ CNPPCF/ CEDIF

Casa de madera y teja para el restaurante  del ferrocarril en el patio de la estación             Reforma, Chiapas, mayo 29 de 1930.

Casa de madera y teja para el restaurante  del ferrocarril en el patio de la estación Reforma, Chiapas, mayo 29 de 1930.

FNM/ Comisión Avalúos e Inventarios/ Secretaría de Cultura/ CNPPCF/ MNFM

Restaurante  en el patio de la estación de Tonalá, Chiapas, 1990.

Restaurante  en el patio de la estación de Tonalá, Chiapas, 1990.

FNM/ Comisión Avalúos e Inventarios/ Secretaria de Cultura/ CNPPCF/ CEDIF

EN LOS VAGONES

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Los agentes de publicaciones ofrecían a los pasajeros golosinas, refrescos y hasta
sándwiches, pero algunos preferían llegar hasta la estación para probar un antojito, ca. 1975.

FNM/Revista Ferronales/ Secretaría de Cultura/ CNPPCF/ CEDIF

Buenos tacos para viajar, Oxcutzcab, Yucatán, 1995.

Víctor Rendón

Algunas mujeres vendedoras tenían permitido subir y continuar con la vendimia abordo
del tren, ca.1975

FNM/ Revista Ferronales/ Secretaria de Cultura/ CNPPCF/ CEDIF

VENDIMIA EN LOS
ANDENES

RUTAS GASTRONÓMICAS
DE MÉXICO

De 1965 a 1966 la revista Ferronales publicó un libro conformado por una serie de reportajes del periodista Mariano Dueñas Flores, el cual llevó por título Rutas gastronómicas de México. La finalidad de esta publicación fue mostrar, la riqueza, a partir de diez rutas gastronómicas, la riqueza culinaria de nuestro país. Para ello, el autor tuvo que realizar diez viajes en diferentes líneas ferroviarias, que lo llevaron a conocer no sólo diferentes ciudades y sus poblaciones, sino también la excelente gastronomía que en todas se ofrecía. Los relatos de Mariano Dueñas permitieron a los lectores de Ferronales, adentrarse y valorar, en forma amena, e incluso poética, la cocina mexicana, sin olvidar aquella que se ofrecía en los andenes de las estaciones del ferrocarril.

Tomellin, Oaxaca  
…También allí, en Tomellín, acude la parvada bulliciosa de venderores. Hay fragancia de mangos que ofrecen sus carnes olorosas y blandas. Hay breves escalofríos de médula al probarlos (…)  Tamales (…) Y el vapor que desprende se eleva desapareciendo en involuntaria muerte. Pero quedan los tamales arropados en su sudario de hoja de plátano; delicada película que al arrojarla fuera del tren flamea brevemente en el aire para naufragar en los surcos (…)

Tres Valles, Veracruz  
(…) Cuando usted pasa por aquí, pruebe las gorditas de coyol (masa, piloncillo, corazón de coyol) todo amasado hecho tortillitas y puesto en la lumbre a tostar. Son sabrosas y de original presencia; le ofrecerán también otras frituras y unos mangos pequeños y dulces llamados de oro que penden como aéreas gotas de los árboles sin fin que abombados de copas, se suman a la demencia verde de grandeza increíble, que acompaña al tren durante todo el trayecto.

Rodríguez Clara, Veracruz
(…) la proximidad de la estación desvía el pensamiento para ponerlo en las posibles y desconocidas viandas que salieron a nuestro paso. Y salieron: trozos de plátano macho rellenos de queso, pan de anís, tamales para saborear “la tarde”, de acuerdo con el pregón de las mujeres. Café, café caliente, con o sin leche. Leche hervida sola y sin más (…)

RECETAS

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GASTRONOMÍA
FERROVIARIA

La Secretaría de Cultura, a través del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, lanza la campaña #GastronomíaFerroviaria, la cual comparte documentos y cápsulas de vídeo concretas de cocina que aparecieron, en el recetario del concurso editado en 1960 por la Revista Ferronales, el órgano más importante de comunicación de la empresa Ferrocarriles Nacionales de México. 

Coordinada por el Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero y del Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias, la campaña #GastronomíaFerroviaria se desarrolló los días viernes, desde el 22 de mayo al 20 de noviembre, en las páginas de Facebook del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos y del Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias y en la plataforma Contigo en la distancia. 

Culiacán, Sinaloa

“Cuando era muy joven, subí por primera vez al tren TACUARINERO. Su tendido de vías empezaba en Culiacán, y terminaba en el Puerto de Altata.Yo me preguntaba:  ¿Por qué el Tecuarinero?… De pronto lo supe al escuchar los gritos de – ¡Tacuarines!… ¡Tacuarines!… – (galletas hechas a base de harina de maíz y azúcar)Las vendedoras corrían por los andenes, mientras que la tambora tocaba El Sinaloense: – Que de Navolato vengo, dicen que nací en El Roble…-

Norberto Ochoa Castaños

CRÉDITOS

Coordinación general
Teresa Márquez Martínez

Investigación del tema de gastronomía ferroviaria
Covadonga Vélez Rocha

Guión museológico
José Antonio Ruiz Jarquín

Contenido Digital
Patricia Albores

Colecciones ferroviarias
María de la Paz González

Corrección de estilo
Stella Cuéllar

Difusión
Rosa María Licea, Belén Recoder
Katiuska Merino,Alejandra Calleja
Miriam Cuecuecha

Programación y diseño gráfico
Mario Téliz
Zaira Leal

Agradecimiento especial por su apoyo a la Fototeca Nacional del INAH,
a la Mtra. Lilia Martínez, de la Fototeca Lorenzo Becerril A. C. y a la colección fotográfica
Foto-Fija de Francisco Montellano.